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La construcción y el mantenimiento de la Y vasca ponen en cuestión la reducción de las emisiones y el ahorro energético

El grupo Ekopol de la UPV/EHU ha analizado el ciclo de vida de la Y vasca del Tren de Alta Velocidad para evaluar su comportamiento ambiental

  • Investigación

Fecha de primera publicación: 22/03/2024

Gorka Bueno, Andoni Kortazar y David Hoyos | Foto: Mitxi. UPV/EHU.

Analizan el comportamiento ambiental de la Y vasca mediante el análisis del ciclo de vida: considerando los impactos ambientales producidos en las fases de construcción y de mantenimiento. Los resultados muestran que esta línea no tendrá capacidad suficiente para mitigar los efectos del cambio climático y reducir el consumo energético. Los resultados obtenidos y la metodología pueden ser útiles para analizar otras líneas de alta velocidad o las infraestructuras de otros medios de transporte.

La Unión Europea se ha fijado como objetivo lograr la neutralidad de carbono en 2050. En este sentido, las políticas de transporte son clave para mitigar los efectos del cambio climático, ya que, en el País Vasco, por ejemplo, el transporte supone un tercio de las emisiones de efecto invernadero. El TAV (Tren de Alta Velocidad) se ha presentado como un medio de transporte que puede ser de gran ayuda para alcanzar estos objetivos ambientales. La línea conocida como «Y vasca» del tren de alta velocidad entre Madrid y la CAV tiene como objetivo, a diferencia de lo habitual, disponer de una línea mixta de transporte de mercancías y viajeros, y se dice que es fundamental para lograr una movilidad más sostenible.

Los miembros del grupo de investigación Ekopol de la Universidad del País Vasco han realizado un análisis del ciclo de vida de la Y vasca para evaluar el comportamiento ambiental de esta línea a lo largo de toda su vida útil. «Muchas veces no se tienen en cuenta las cargas ambientales que supone la construcción de infraestructuras. Se dice que el TAV reducirá las cargas ambientales porque el tren es eléctrico, pero no se tienen en cuenta todas las cargas que se generan en la fase de construcción», ha señalado Andoni Kortazar, profesor del Departamento de Políticas Públicas e Historia Económica de la UPV/EHU. Han contabilizado todos los impactos, desde el mismo momento de la adquisición de las materias primas utilizadas en la construcción de la infraestructura hasta la finalización del proyecto: “La explotación minera, la fase de construcción, las obras de mantenimiento, la fase de funcionamiento en su totalidad, etc. Hemos considerado todo el ciclo de vida”, añade Kortazar.

Para comprobar si la Y vasca puede contribuir a la reducción del consumo energético, a la mitigación del cambio climático y al cumplimiento de los objetivos fijados por la Unión Europea en términos de emisiones, se han basado en los últimos datos actualizados disponibles: “Hemos analizado el trazado completo del proyecto, metro a metro. Entre otras cosas, hemos medido la longitud de cada uno de los túneles y viaductos y hemos aplicado los coeficientes correspondientes; también hemos aplicado los coeficientes correspondientes a las estimaciones de transporte que proporcionan la administración de la operación, Adif y el Gobierno Vasco. Así, hemos podido saber cuántos años tardaría este proyecto en generar beneficios ambientales”, explica el investigador.

Solicitud de replanteamiento de la necesidad de ampliación del TAV

Los resultados muestran que los impactos generados en la fase de construcción están muy por encima de los de otras líneas del TAV, por un lado debido a que la orografía montañosa de la comarca obliga a construir infraestructuras más complejas que requieren un mayor consumo de recursos y energía y, por otro lado, por la baja demanda de transporte. Según los investigadores, “este nuevo corredor no está justificado en términos de reducción de emisiones y ahorro energético. Además, tendrá una incidencia trivial en el bajo nivel de transporte ferroviario de mercancías existente en España”. De hecho, la red del TAV en España solo transporta pasajeros y la conexión con el transporte de mercancías en Francia no estará lista antes de 2037.

Está previsto que cuando la línea comience a explotarse, en 2030, la demanda de pasajeros sea de entre 5,8 y 3,3 millones, “muy inferior a la demanda de otros TAV en el mundo”, señalan. De esta manera, la línea de la Y vasca no contará con una demanda suficiente de transporte de viajeros como para reportar beneficios ambientales. Es decir, “la demanda de transporte prevista para la Y vasca no es suficiente para justificar la construcción de toda la infraestructura en términos de ahorro energético y de reducción de las emisiones atmosféricas”, señalan los investigadores.

Por lo tanto, “España debería replantearse la necesidad de extender su TAV —concluyen los investigadores—. La Y vasca no tendrá capacidad suficiente para mitigar los efectos del cambio climático y reducir el consumo de energía y otros impactos ambientales. En un contexto de crisis ambiental global, este proyecto puede empeorar la situación en lugar de mejorarla”.

Información complementaria

Este trabajo de investigación ha sido realizado por Andoni Kortazar (Departamento de Políticas Públicas e Historia Económica) y Gorka Bueno (Departamento de Tecnología Electrónica), del grupo de investigación Ekopol de la Universidad del País Vasco, junto con David Hoyos (Departamento de Métodos Cuantitativos), colaborador habitual de Ekopol. Los resultados y la metodología desarrollada en la investigación abren interesantes oportunidades para realizar análisis de ciclo de vida en otros proyectos ferroviarios de alta velocidad o en infraestructuras de otros tipos de transporte.

Referencia bibliográfica