Iñigo Ugedo
Participación estudiantil: construyendo una universidad entre tod@s
Presidente del Consejo de Estudiantes
- Cathedra
Lehenengo argitaratze data: 2024/10/24
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La universidad ha sido, desde sus inicios, un espacio de formación y transformación. Limitarla a ser simplemente ese lugar ‘hostil’ al que acudimos con el objetivo de ‘sacarnos la carrera’ y la esperanza de tener un trabajo decente el día de mañana sería eludir su verdadero propósito. Es un centro de adquisición de conocimientos, sí, pero también es un motor de transformación social que fomenta los principios y valores democráticos, la convivencia, el respeto y la diversidad. En resumen, no venimos solo a estudiar, sino también a crecer como personas. Para ello, es fundamental que participemos activamente, que nos sintamos parte de nuestra universidad y que contribuyamos a su construcción entre todas y todos. Entonces, ¿qué nos pasa a las y los estudiantes? ¿Por qué no participamos?
Para ilustrar este problema, tomemos como ejemplo un asunto que está ahora en boca de todos: las elecciones al rectorado. En ellas, la participación estudiantil es ridículamente baja. En 2012, con Iñaki Goirizelaia como único candidato, de 44.240 estudiantes solo votaron 1.580, es decir, un 3,57 %. En 2016, con Nekane Balluerka, la participación fue del 5,04 % con 2.032 votos de 40.352 estudiantes. Y en 2020, con Eva Ferreira, tan solo 857 estudiantes de 40.819 ejercieron su derecho a voto, lo que representa un preocupante 2,1 %. Este año, hasta el momento, dos personas han manifestado su intención de presentarse a las próximas elecciones y, aunque se vean esfuerzos por parte de ambos por llegar al estudiantado, ¿cómo van a conseguirlo si ni siquiera sabemos qué narices hace un/a rector/a?
Que muchos/as estudiantes ni siquiera sepan qué es un/a rector/a o cuál es su función resulta preocupante y, sin embargo, es solo la punta del iceberg. El problema del que hablo no se limita a unas elecciones rectorales. La realidad es que no nos sentimos parte de lo que debería ser nuestra casa, la UPV/EHU.
Puede que con un ejemplo cotidiano quede más clara la desconexión con la universidad de la que hablo. Hace poco, una profesora nos contaba en clase lo curioso que le resultaba que los estudiantes no usáramos el logotipo de la universidad en nuestros entregables o presentaciones. En cambio, cuando hacemos prácticas en empresas, colocamos sin titubeos el logo de la empresa en primer plano. Es como si no sintiéramos el mismo orgullo o apego por nuestra universidad pública que por una empresa privada. Esta percepción dice mucho de cómo vemos la universidad.
Pese a que dicen que las comparaciones son odiosas, voy a recurrir a una. Si nos fijamos en las universidades americanas que nos venden en las películas, observamos cómo el estudiantado hace vida en los campus, practican deporte universitario, participan en asociaciones… En definitiva: el estudiantado se siente parte de su universidad. Si bien aquí también existe, con grupos y asociaciones estudiantiles capaces de moverse para organizar actividades o incluso un movimiento estudiantil activo (cosas que hay que poner en valor) no ocurre ni de la misma manera ni en la misma escala. Aquí somos pocas y pocos los estudiantes que participamos activamente en la construcción de la universidad.
Ante esta situación, desde el Consejo de Estudiantes, vimos una oportunidad perfecta para retomar un proyecto que se inició en 2014 y que, con el tiempo, fue quedando en el olvido: la Ikasletxea, un lugar para ser y hacer.
Ikasletxea nació como un proyecto ambicioso impulsado por el Consejo de Estudiantes y el Rectorado de entonces. Aunque inicialmente iba a extenderse a los tres campus, y prácticamente a todas las facultades y escuelas, el proyecto quedó relegado a un local en la primera planta de la biblioteca del Campus de Leioa, un espacio inmenso que estaba totalmente desaprovechado. Así que decidimos darle un giro. Aprovechamos lo que había y dotamos la sala de más material y recursos, convirtiéndola en un espacio polivalente para el estudiantado. Un lugar que no solo nos ofrece recursos y materiales, sino que se adapta a nuestras necesidades. Un espacio para descansar, trabajar en grupo o individualmente, y, lo más importante, organizar actividades culturales, debates, charlas y coloquios sobre temas que verdaderamente nos importan. Todo esto tiene un propósito claro: que crezcamos como personas. Porque, al final, estos espacios nos permiten abrir la mente, debatir, compartir ideas, aprender de nuestras propias compañeras y compañeros, y, en definitiva, sentirnos parte de nuestra universidad.
Además, este proyecto está totalmente alineado con el espíritu del II Plan de Participación del Estudiantado de la UPV/EHU, aprobado este mismo año, que subraya la importancia de que los y las jóvenes se sientan protagonistas activos de su entorno. Como señala el plan, es fundamental que el estudiantado se involucre en actividades que vayan más allá de lo estrictamente académico, participando en la creación y gestión de proyectos, y ayudando a construir una universidad más inclusiva y participativa. La Ikasletxea es un claro ejemplo de ello. Un lugar diseñado por y para estudiantes, donde se fomenta la participación en actividades que no solo nos enriquecen como universitarios/as, sino que también nos forman como ciudadanas y ciudadanos responsables y comprometidos.
Seamos sinceros, no hay mejor manera de hacer que una idea sea atractiva para nosotros y nosotras, las jóvenes, que si la proponemos nosotros mismos. Si algo lo organiza tu compañera de clase, suena mucho más interesante, ¿verdad? Al final, nadie mejor que nosotros mismos sabe lo que nos motiva, lo que nos interesa y lo que puede ser divertido o enriquecedor. Ese es el espíritu de la Ikasletxea: por y para estudiantes.
Pero esto no termina aquí. La reinauguración de la Ikasletxea no es el final del camino, es solo el inicio de algo más grande. Es la chispa que enciende la llama. Ahora, nos toca a todas y todos darle vida, llenarlo de actividades, de proyectos, de debates que nos ayuden a crecer. Porque la universidad no es solo un lugar para obtener títulos, es el lugar donde aprendemos a vivir y convivir. Y juntas y juntos, podemos hacer de la UPV/EHU un espacio que verdaderamente sintamos como nuestro.